viernes, 18 de junio de 2010

Se venden como rosquillas


Cataluña ha decidido proporcionar las píldoras para abortar a las farmacias y a las clínicas abortivas, para que le sea más fácil a las personas su adquisición.


Esta medida nos parece mal, porque la vida es un derecho que está recogido en la Declaración de los Derechos Humanos, y todo ser humano lo debe respetar. Esta medida es intolerable, porque ahora toda la población catalana podrá comprar este fármaco sin receta médica, como si fuera otro tipo de medicamento. Además, la venta de las pastillas sin control traerá secuelas para nuestra salud.


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